"Requiem for the Indifferent" supone el quinto trabajo de estudio de los holandeses EPICA, amén de singles, recopilatorios y directos varios que abundan en su discografía.
Estamos ante un álbum muy trabajado, variado, lleno de arreglos y cuidada elegancia como sus predecesores, en consonancia con el estilo tan personal suyo y que, disco a disco, han ido desarrollando y puliendo. Como siempre, se han puesto a las órdenes de Sascha Paeth en sus Gate Studios, contando con el equipo corista liderado por Amanda Somerville, consiguiendo los siempre excelen tes resultados. Como digo, todos los detalles de producción y sonidos son sobresalientes, aunque en esta ocasión los arreglos orquestales no han quedado tan resaltados en la mezcla final, dando mayor protagonismo a los instrumentos de rock y teniendo que afinar el oído en algunos momentos para disfrutar de las partes clásicas, que no obstante, siguen estando ahí como es acostumbrado.
En general, este es un disco al que me ha costado meterme en su conjunto y corrobar las impresiones que como tal me daba, casi hasta el punto de sentirme indentificado con el título de la obra. No ha sido tras varias escuchas que lo he podido degustar y sacarle su jugo, que es ni más ni menos que estamos ante una perfecta continuación de su anterior obra "Design your Universe". Es un disco más directo que los anteriores y en parte esta sensación se obtiene porque como decía antes los instrumentos de rock están por encima de los clásicos en la mezcla, pero también a nivel de composición es algo buscado. Las guitarras mandan y están en un primer plano absoluto la mayoría de las veces, de nuevo con unos riffs marca de la casa, amén de unos solos e incluso duelos con el teclado propios de virtuosos. Partiendo de la base marcada en su debut "The Phantom Agony", no es un álbum tan barroco como aquel, pero mantiene el estilo, personalidad y esencia marcado en el mismo. Las melodías árabes siguen presentes, aunque en menor medida y en ningún modo son el tono musical que marca el camino a seguir en la composición.
Simone continúa regalando una variedad de voces exquisitas y hermosas, aunque impostando su voz cada vez menos como viene haciendo desde hace tiempo, en aras de buscar otros caminos que la han convertido no sólo en una de las vocalistas de referencia dentro del género, sino también de las más versátiles. Mark e Isaac están espléndidos a las guitarras, y es que este "Requiem for the Indifferent" tiene el mejor trabajo de guitarras hasta la fecha en un disco de EPICA, lo cual ya era difícil de lograr. La base rítmica es encomiable una vez más, toda una apisonadora en cuanto a ejecución y buen entendimiento entre Yves al bajo y Ariën a la batería, aunque quizás el sonido de ésta sea el que no me haya terminado de convencer en ciertos pasajes, y es que quizás se podría haber pulido más la gran pegada del músico.
Tras la espectatuclar y obligatoria introducción de "Karma", "Monopoly on Truth" rompe con contundencia y velocidad, perfecto tema de inicio tanto de álbum como para los conciertos, 100% marca de la casa combinando la voz de Simone con los guturales de Mark y el lirismo del coro. "Storm the Sorrow", en contraste, es melódica y de a las que a la primera engancha al oyente. Un perfecto single con un precioso estribillo pero donde sin duda me quedo con el juego de voces entre Simons y su maestra Somerville en el puente, realmente conseguido. Seguimos en línea melódica con el medio tiempo "Delirium", la pieza lenta por excelencia del álbum, preciosa de principio a fin. En contraste y rompiendo con el camino trazado en los dos temas anteriores, "Internal Warfare" es oscura, incluso maléfica. Los arreglos de cuerda realzan dichos aspectos si cabe, dibujando pasajes tenebrosos sobre la voz de Simone que, al ceder el testigo a Mark en la parte central abre paso a uno te los temas más cañeros apoyado por el malvado efecto de los coros. Para enmarcar el duelo de solos entre teclado primero y guitarra después, cortos, técnicos y efectistas.
"Requiem for the Indifferent", tema título, es uno de los más elaborados, donde las melodías árabes marcan la tónica de su desarrollo y con un fantástico estribillo donde el coro y sobre todo una Amanda Somerville maravillosa llevan la voz cantante. La parte central del tema, más progresiva es una auténtica gozada para degustar una y otra vez encontrando matices nuevos a cada escucha. "Anima" es una corta pieza de piano que sirve como introducción a "Guilty Demeanor" , canción sencilla y tampoco demasiado larga (poco más de tres minutos) que no es lo más destacable del disco. Todo lo contrario a "Deep Water Horizon", que recordará a "Chasing the Dragon" de su tercer álbum, ya que su primera mitad es una pieza acústica lenta con unas guitarras muy buenas y otro de esos estribillos geniales, y una segunda parte metal , combinando fragmentos cercanos al death. En "Stay the Course" es Mark quien lleva las riendas sueltas vocales en las estrofas dándole Simone la réplica al final de las mismas para llegar a un buen estribillo que, sin embargo, no termina de cuajar en un tema que está algo por debajo de la media del álbum.
Llegamos a la recta final del álbum con tres temas elaboradísimos donde EPICA da lo mejor de sí para terminar por todo lo alto. "Deter the Tyrant" es la primera de dichas maravillas, combinando su gusto por la música clásica con su faceta más progresiva, o las bandas sonoras, que es la faceta que rige "Avalanche" desde su comienzo hasta que entra la voz en plan balada, hasta que se va desarrollando y jugando con una faceta más cañera de forma intercalada. "Serenade of Self-Destruction" es el tema largo-progresivo por excelencia, que curiosamente en esta ocasión ocupa el puesto que en otros discos tuvieran sus correspondientes temas título. Tema que es en su mayor parte instrumental ofreciendo unos pasajes musicales increíbles sobre todo en su parte central donde guitarras y orquesta unen fuerzas logrando uno de los mejores momentos que desde luego no dejará indiferente a nadie.
En resumen, un buen disco una vez más, lejos de aquel gran debut de hace casi ya diez años, que se dice pronto, pero que mantiene el listón de calidad para una de las bandas que más ha conseguido tener un sonido y personalidad propios. Sólo nos resta disfrutar una y otra vez de un disco que supondrá el retorno a un mes vista de unos EPICA que nos siguen regalando momentos de disfrute musical como este.
Lista de Temas: Estamos ante un álbum muy trabajado, variado, lleno de arreglos y cuidada elegancia como sus predecesores, en consonancia con el estilo tan personal suyo y que, disco a disco, han ido desarrollando y puliendo. Como siempre, se han puesto a las órdenes de Sascha Paeth en sus Gate Studios, contando con el equipo corista liderado por Amanda Somerville, consiguiendo los siempre excelen tes resultados. Como digo, todos los detalles de producción y sonidos son sobresalientes, aunque en esta ocasión los arreglos orquestales no han quedado tan resaltados en la mezcla final, dando mayor protagonismo a los instrumentos de rock y teniendo que afinar el oído en algunos momentos para disfrutar de las partes clásicas, que no obstante, siguen estando ahí como es acostumbrado.
En general, este es un disco al que me ha costado meterme en su conjunto y corrobar las impresiones que como tal me daba, casi hasta el punto de sentirme indentificado con el título de la obra. No ha sido tras varias escuchas que lo he podido degustar y sacarle su jugo, que es ni más ni menos que estamos ante una perfecta continuación de su anterior obra "Design your Universe". Es un disco más directo que los anteriores y en parte esta sensación se obtiene porque como decía antes los instrumentos de rock están por encima de los clásicos en la mezcla, pero también a nivel de composición es algo buscado. Las guitarras mandan y están en un primer plano absoluto la mayoría de las veces, de nuevo con unos riffs marca de la casa, amén de unos solos e incluso duelos con el teclado propios de virtuosos. Partiendo de la base marcada en su debut "The Phantom Agony", no es un álbum tan barroco como aquel, pero mantiene el estilo, personalidad y esencia marcado en el mismo. Las melodías árabes siguen presentes, aunque en menor medida y en ningún modo son el tono musical que marca el camino a seguir en la composición.
Simone continúa regalando una variedad de voces exquisitas y hermosas, aunque impostando su voz cada vez menos como viene haciendo desde hace tiempo, en aras de buscar otros caminos que la han convertido no sólo en una de las vocalistas de referencia dentro del género, sino también de las más versátiles. Mark e Isaac están espléndidos a las guitarras, y es que este "Requiem for the Indifferent" tiene el mejor trabajo de guitarras hasta la fecha en un disco de EPICA, lo cual ya era difícil de lograr. La base rítmica es encomiable una vez más, toda una apisonadora en cuanto a ejecución y buen entendimiento entre Yves al bajo y Ariën a la batería, aunque quizás el sonido de ésta sea el que no me haya terminado de convencer en ciertos pasajes, y es que quizás se podría haber pulido más la gran pegada del músico.
Tras la espectatuclar y obligatoria introducción de "Karma", "Monopoly on Truth" rompe con contundencia y velocidad, perfecto tema de inicio tanto de álbum como para los conciertos, 100% marca de la casa combinando la voz de Simone con los guturales de Mark y el lirismo del coro. "Storm the Sorrow", en contraste, es melódica y de a las que a la primera engancha al oyente. Un perfecto single con un precioso estribillo pero donde sin duda me quedo con el juego de voces entre Simons y su maestra Somerville en el puente, realmente conseguido. Seguimos en línea melódica con el medio tiempo "Delirium", la pieza lenta por excelencia del álbum, preciosa de principio a fin. En contraste y rompiendo con el camino trazado en los dos temas anteriores, "Internal Warfare" es oscura, incluso maléfica. Los arreglos de cuerda realzan dichos aspectos si cabe, dibujando pasajes tenebrosos sobre la voz de Simone que, al ceder el testigo a Mark en la parte central abre paso a uno te los temas más cañeros apoyado por el malvado efecto de los coros. Para enmarcar el duelo de solos entre teclado primero y guitarra después, cortos, técnicos y efectistas.
"Requiem for the Indifferent", tema título, es uno de los más elaborados, donde las melodías árabes marcan la tónica de su desarrollo y con un fantástico estribillo donde el coro y sobre todo una Amanda Somerville maravillosa llevan la voz cantante. La parte central del tema, más progresiva es una auténtica gozada para degustar una y otra vez encontrando matices nuevos a cada escucha. "Anima" es una corta pieza de piano que sirve como introducción a "Guilty Demeanor" , canción sencilla y tampoco demasiado larga (poco más de tres minutos) que no es lo más destacable del disco. Todo lo contrario a "Deep Water Horizon", que recordará a "Chasing the Dragon" de su tercer álbum, ya que su primera mitad es una pieza acústica lenta con unas guitarras muy buenas y otro de esos estribillos geniales, y una segunda parte metal , combinando fragmentos cercanos al death. En "Stay the Course" es Mark quien lleva las riendas sueltas vocales en las estrofas dándole Simone la réplica al final de las mismas para llegar a un buen estribillo que, sin embargo, no termina de cuajar en un tema que está algo por debajo de la media del álbum.
Llegamos a la recta final del álbum con tres temas elaboradísimos donde EPICA da lo mejor de sí para terminar por todo lo alto. "Deter the Tyrant" es la primera de dichas maravillas, combinando su gusto por la música clásica con su faceta más progresiva, o las bandas sonoras, que es la faceta que rige "Avalanche" desde su comienzo hasta que entra la voz en plan balada, hasta que se va desarrollando y jugando con una faceta más cañera de forma intercalada. "Serenade of Self-Destruction" es el tema largo-progresivo por excelencia, que curiosamente en esta ocasión ocupa el puesto que en otros discos tuvieran sus correspondientes temas título. Tema que es en su mayor parte instrumental ofreciendo unos pasajes musicales increíbles sobre todo en su parte central donde guitarras y orquesta unen fuerzas logrando uno de los mejores momentos que desde luego no dejará indiferente a nadie.
En resumen, un buen disco una vez más, lejos de aquel gran debut de hace casi ya diez años, que se dice pronto, pero que mantiene el listón de calidad para una de las bandas que más ha conseguido tener un sonido y personalidad propios. Sólo nos resta disfrutar una y otra vez de un disco que supondrá el retorno a un mes vista de unos EPICA que nos siguen regalando momentos de disfrute musical como este.
Karma
Monopoly On Truth
Storm The Sorrow
Delirium
Internal Warfare
Requiem For The Indifferent
Anima
Guilty Demeanor
Deep Water Horizon
Stay The Course
Deter The Tyrant
Avalanche
Serenade Of Self-Destruction
Twin Flames (Soundtrack Version) (Bonus Track USA)
Nostalgia (Bonus Track USA)
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